XXXI.

Eres como el dinero
tienes ese vaivén
Te me vas de las manos
o apareces como un billete
perdido en algún pantalón
A menudo me olvido de ti
aunque te necesito y te reclamo
Fuiste verde y sangrante
tu mirada ahora es azul
Aposté todo por ti
y sin embargo te perdí
Pero siempre vuelves
insaciable
para hacerme feliz

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