LIV.

vuestras quejas mis alelullas son
que a lo lejos un órgano centenario suena
en lo alto del mar
del campanario de la roca
de la piedra, la cal y la nube loca
tu sonrisa
adrenalina de fuego
que me arroja como el futuro al velero
como la hoja tonta del otoño rosada por un sueño
cambiante siempre seré feliz
pulcro animal que busca una raíz
y nunca toca el centro
un huésped fantasma
que canta el Ave María a media noche

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